jueves, 9 de junio de 2011

Ignacio Uranga - Ramalaje (Selección)



Ignacio Uranga (Bahía Blanca, 1982).  Publicó "El ella Real" (prologado por Daniel Freidemberg y que será reeditado por la editora Literal, de México), A-letheia (que será editado por Trilce, México, también con prólogo de D.Freidemberg y una contratapa de Roberto Echavarren y Juan Gelman y en la portada un cuadro pintado por Eduardo Del Estal).  Ramalaje será publicado próximamente.




Como un portazo, como un golpearse fuerte de
la puerta: eso que al parecer era la puerta y que
al cerrarse decididamente como una puerta con
violencia clausuró un espacio: lo que era, lo que
parecía ser aquel conjunto sólido, aquella masa
con la que estaba, con la que parecía estar dis-
puesto el cuadro del que incluso también yo era
parecía ser, parte: la pared, el piso mismo donde
estábamos, donde estuvimos, donde parecimos
estar de pie: me refiero a mí y a ese ella tan
ambiguo hoy, que antes identificaba con una voz
y unos ojos respectivos: ese complejo de datos
ese compuesto de materia al que aporté, lo confieso
más de la cuenta: más de mí que de vos, Caroline
y que di en llamar Caroline: este dispositivo absurdo
casi tan vacío como tus gestos de ternura: después
bajar los párpados, mis párpados bajados para que
lo compacto, lo homogéneo en apariencia, empezara
a resquebrajarse: esta torpeza tuya en el proceder
Caroline: tu optar por el mar cuando dijeron cáncer:
se dio vuelta, en efecto, el viento: nombrarte
intentar nombrar esa imagen sustitutiva y difusa

-=0=-

no diré: fluye suave hasta que mi canto finalice
ni veo el muro de Saint Magnus Martyr ostentar
su esplendor de blanco y oro jónicos: esto no es
el dulce Támesis: es Bahía Blanca, Buenos Aires:
una ría destruida por la zona petroquímica, y ahora
cáncer acá en los pulmones y asma en la infancia: da
la ría, sí, a la mar, pero ella misma también es el morir


-=0=-


todo construcción nuestro avistaje: tus ojos detenidos en
un trasfondo de fechas: el aspecto semántico fue mi praxis:
tus gestos desmedidos no en sí, sino en relación a mi historia:
articulabas entonces el amor, el odio sintácticamente: no pude
poner sentido a tu significante: ninguna hermenéutica sirvió
a la instancia mediadora: eras un texto opaco y no había algún
posible: ese claro abrasivo en tus palabras, ese discurso en tus
ojos de costado: y es que me di a la tarea de encontrarte, pero
era un pleno vacío, una inconsistencia sin reparo ni opción de
referencia: fue tan poca la simetría de tus tiempos: da que sentir
la madrugada: cae fuerte ahora mi parte de vos: tu pragmática
en cambio fue una luz irreversible: hace ruido en el chapaje
y juré sobre esta lluvia no volver a darte nombre, dejarte en
algo antes del lenguaje, en un mero ruido lingüístico-animal:


-=0=-


gente que espera, un mínimo decorado de plantas
revistas sobre el vidrio de la mesa, telas ajustadas
donde hubo cabello: pareciera el color un modo de
resistir al claro hospitalario: acorde a las paredes
hay también un hombre: no fue un mal sueño esto:
es la clínica y está de pie el oncólogo: C. P. : grado
cuatro: (en números) 4, (en letras) cuatro: no queda
ningún margen para interpretar: fue a quemarropa
sin clase alguna de piedad: fue todo miseria, de un
pleno vaciado afectivo: no habrá tampoco ningún
cuerpo azul, lleno de grasa y sangre llorando al ver
el mundo: 200 mg en píldora de una toma rasparon
el óvulo alojado: fue íntimamente abrasivo, a destajo:
en veinte milímetros anunciando el sonido algo como
etimológicamente una metáfora nuestro amor: va ella
ahora haciéndose hacia el mar, haciéndose a sí en su
hacerse hacia el mar, hacia la arena del centro turístico:
vendrá, Caroline, entonces la muerte y no tendrá tus ojos


-=0=-


tanto a lo real como al engaño, abiertamente receptivo:
detrás de la enramada ella: de blanco a media noche gira
de pies en punta, como si el fondo se mezclara: sonríe
va hacia el precipicio a pocos metros: es sin serlo: algo
en la mirada, el modo delicado: repito: iba yo embestido
por la fronda húmeda del trópico, sin embargo: era fuego
esa lluvia sulfurosa: el sol cayendo de a pedazos: repito:
se acercaba a la caída y era otra siendo ella: diseminaba
oscuros puntos sobre el aire y se alejaba: de sus manos
volaba al mundo esa horda negra: sin haber caído, a media
madrugada irrumpe un grito, devolviéndonos a otra faz:
Caroline diciendo: era vertical el mar inmenso y se venía:
– a lo largo de los años en sueños cada noche se repite –
un oleaje indetenible arrasaba en oscuro plenilunio, una
catástrofe masiva: ese mar que me llevaba y vos aparecías
entre paredes blancas diciendo de rodillas algo como “cáncer”


-=0=-


todo podría haber quedado sencillamente en el
blanco del comienzo: pero esta insistencia, este
filtrarse como en sueños: cada mundo posible de
mi lengua materna está comprometido: los motivos
fueron íntimamente personales: el hecho es que
fue nuestra la voluntad de traer hasta nosotros la
miseria más propia: a consciencia clara hicimos
esa basura de diciembre: y ahora este destello
Caroline, de luz irreversible: así en tu cielo como
en el mío hay pájaros repartiéndose, pero es cívico
el que habito y ninguna ave marina va a cruzarlo:
la verdad hoy son tus huellas, el agua que va leve
a morir en la costa: tu andar entonces es el reverso
la mitad del corazón que exige alejarse de noticias
en las que va a aparecer no sólo la palabra sino el
cáncer mismo, diseminado ya de los pulmones a
la totalidad del organismo: la otra mitad fue mera-
mente imaginaria: tu posibilidad fue sólo un centro
turístico: ciento veintiséis kilómetros al norte de la
clínica y ni una palabra para regresar de esa imagen


-=0=-


vuelvo a esta nueva foto tuya en la pantalla:
dura del último verano el bronceado todavía:
como el afuera, la sonrisa indiferente, ese
brillo en los ojos y tu boca despintada hablan
a las claras de un espacio de festejo: exceso de
alcohol sobre la sangre, a medio cerrar la camisa
y el deseo incontenible por que detrás la puerta
al evento de la noche finalmente sea abierta: bella
sí, alguna vez, pero tanto antes: como viendo en
el tiempo, doy con otra, donde leo en tu sillón
foto en la que no estás, en la que estás como
punto de mira en la captura tras el foco o la
lente que dispara a donde estoy, a donde estaba
o parecía estar: y ahora al verla de este lado
es decir al verme ahí mirándote en el disparo
hace de algún modo que te encuentre en el
que fui o parecí por ese instante, pero también
en el que soy ahora de este lado de la imagen
siendo vos que me miro al momento del destello


-=0=-


el sistema nervioso central no está desarrollado todavía:
todo es un estímulo, entonces: los cambios de luces, un
ruido cualquiera: lleva tiempo ese, como todo amor: baja
las defensas por las horas de descanso interrumpidas: abre
cada tres o cuatro horas sus pequeños ojos, así en la noche
como en el día: es constante la demanda: el calor y la sonrisa
de la madre: ha salido, ha visto luz no hace mucho: sólo espera
estar en brazos que lo cuiden cuando duerme: a deseo pleno
fue alojado con cuidados intensivos en la zona uterina: afuera
era fabricado internamente de modos sucesivos y cambiantes:
no otra cosa que llanto inicial lo que se esperaba: pero hubo la
desdicha, el desencuentro de las partes: acabarían libertades y
la estética del cuerpo se vería vulnerada: era entonces sólo un
sueño gastado en demasía: uno trabajaba insistiendo en pos de
bajarlo de lo onírico para traerlo hasta ellos: pero ella decidió
que no acaeciera, rasparlo todo en pastillas de una toma: es ahora
sólo parte del pasado de una de las partes: no más que una organo-
génesis arrancada a destajo, dejando dónde, dónde lo que antes
la habitaba: al despertarse: un aspersor frente a la camilla y un
hornillo: olor aséptico en la sala, manchas en los guantes sobre la
bandeja, y una bolsa en la que resulta extraño quepa una vida


-=0=-


no lo veo: esto sin embargo irá de todos modos de
lo invisible a lo palpable, inevitablemente: como re-
verso del engaño cotidiano entre el mundo y la palabra:
hace lo real en el ensueño su típica metástasis: no es
que el caso sea endémico, pero: en silencio se disipan
las células enfermas, y duele afuera casi tanto como
adentro: alguno de los nervios fue en su paso el viernes
tocado no sé bien si por el tubo o la droga intravenosa:
se hizo entonces palpable lo invisible: en varios modos
cursa el cáncer: como un ejército se propaga y va sitiando
en cada toma: esto que ahora veo no es ella: sin embargo
no he mojado ninguna magdalena y no hay té sobre la mesa:
tendido en sus brazos me veo escucharle sus palabras: está
contándome de nuevo esa historia navideña de un señor
que sin amor vivía y solamente contaba sus monedas: la veo
la veo ahora que dibuja en su dulcísima sonrisa la última
ternura al mundo: me veo viéndola reír riendo: la veo sonreír
a ella en mi sonrisa: nos veo unidos riendo una misma risa:
ahora está encendiéndome las velas, diciéndome que sople
que pida tres deseos y no los cuente nunca: ahora veo su
pañuelo blanco en mi nariz antes de la foto: no he soplado
no he podido todavía: están por suerte aún las velas encendidas:
que no te vayas, solo no me dejes o no soplo, ahora no te vayas



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