domingo, 8 de mayo de 2011

Malenita



Malenita by siqce

Malenita tenia los ojos esos que te lastiman cuando no los ves y yo tenía apenas trece años, demasiado pocos para que se creyera que era el hombre que pretendía.
Por eso me quedaron pocos caminos para deslumbrarla, y elegí mal.
Las casas despintadas del barrio, la cortada que llevaba a su casa, las glicinas sobre las rejas. El mercado adonde acompañaba a su madre por las tardes. La plaza donde jugabámos y nos imponíamos las reglas para crecer mirando a los más grandes, como si ellos entendieran.
Elegí que todo supiera que la quería. Y elegí eso porque ya no me importaba perder si no ganaba. Yo todavía no sabía qué cosa era un nihilista pero jamás lo fui tanto.
La desesperación de la esperanza.
La total entrega del que no sabe que no entrega nada.

Había una luna redonda y grande sobre el pasillo esa tarde, la ví desde la reja antes de salir hacia la plaza.

Ella se detuvo primero en mi pelo engominado, creo. Después se dió cuenta del traje, eso fue claro. Me quedaba un poco grande porque era de mi hermano de quince, su compañero de clase. Lo último que vió fueron las rosas, sueltas y sin moño. Miré el piso y repasé las palabras. Cuando levanté la vista, ella se había ido con sus amigas, por la calle Defensa. En un momento se dió vuelta y Malenita, la de los ojos que te lastiman cuando no los ves, me miró y sonrió.
Alrededor, todos los chicos se burlaban.
A mí qué me importaba, la luna redonda y grande se había mudado del pasillo hasta la plaza, y también me sonreía.

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