
A Christian Gabriel
Ahora esel momento cierto
la saeta que decae
El instante aquel
escurridizo
burlesco
que cada uno persigue
(hasta los que no persiguen nada)
De cara al vacío
como una gota
un manantial
un arroyuelo
un riacho
y su cascada
La hora
en que los sueños
y las pesadillas
mutan
La hora
del oráculo y el filo de la espada
cuando hasta las nubes
se miran
expectantes
y Gedeón detiene el sol
Cuando el tiempo no es tiempo
y las cosas no son cosas
Una sustancia azul
llega
y estalla en mil colores
Sólo está el vientre brillando
Y tú
Y tu grito
primero y ancestral,
hijo
Sigfrido Quiróz
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